Papá, ¿por qué somos del Sparta?
"Ven, hijo mío, siéntate. Tú, que eres joven, quizá no hayas conocido otra cosa, pero yo aún recuerdo como si fuera ayer cuando al fútbol jugaban onvres (ellos lo llamaban fúbol). Cuando al fúbol jugaban onvres, el fúbol era bello. Y te hablo, hijo, de la clase de belleza que hace sobrecoger el espíritu. Cabezas abiertas en canal tras la lucha por un balón. Rodillas, tobillos y tibias en extrañas y caprichosas formas. Codos llenos de sangre, de sangre de otro. Defensores que ejecutaban melodías en las rótulas del atacante de turno. En aquel entonces, cualquier adorno técnico ante un rival era un pasaporte seguro a una buena temporada en la enfermería. Aquello, como puedes imaginarte, era pura poesía. Eran tiempos de grandes leñadores y carniceros, onvres de honor que se tomaban muy en serio sus tareas defensivas y que (se) partían lo que hiciera falta por el equipo, palabra ahora en desuso. Roy Keane. Andoni Goikoetxea. Javi Navarro. Graimito Souness. Osasuna de los 80. Quizá hasta Marco Materazzi o Tomy Gravesen como dignos herederos...
Aquello era hermoso, chaval, pero se fue perdiendo poco a poco. Nuevas ideas menottistas, valdanianas, malillistas, guardiolistas y onanistas en general fueron amariconando este deporte, sin que la vieja escuela pudiera hacer nada ante tal transformación (ni siquiera Clemente pudo, hijo). El bilardismo fue relegado al desprestigio y a un lugar marginal en las tertulias de fútbol, porque además, la nueva escuela, sin ningún derecho, se encargó de propagar que jugar como ellos decían era jugar bien, y lo otro, pues no. Sólo Fabio Capello, el maestro de maestros, el centinela, el paladín, continuó la lucha contra el pensamiento único. Pero estaba solo.
Por eso, cuando llegó a mis oídos que había un humilde equipo aficionado que respondía al nombre de Sparta Las Piernas, rápido una extraña sensación de esperanza renovada me recorrió, y decidí interesarme por el proyecto y su escalada hacia la élite. Escalada que, con esa filosofía, me pareció cuestión de tiempo, tenía que ocurrir. Era el Sparta un grupo de grandes jugadores que formaban además un bloque, y el secreto de su fuerza residía en la cerveza: después de cada partido, los jugadores se reunían en cualquier lugar en torno a cantidades industriales de tan preciado brebaje, y contaban historias hasta el amanecer. O algo así. El caso es que esa costumbre se fue perdiendo hasta el punto de que los jugadores ya no recordaban si había tenido lugar alguna vez. Y ahí comenzó la decadencia del equipo, que se hunde sin remedio, olvidadas sus raíces, ante la pasividad/impotencia del plantel. Y así está el Sparta ahora, hijo, en espera de tiempos mejores."
Tras este estremecedor testimonio, pasemos a glosar las hazañas del Sparta en su último partido. Semana movida, partido frente al primer clasificado, vital para las aspiraciones clasificatorias, y vital también para el capitán. En la cabeza de todos, las incendiarias declaraciones que el 7 hizo a la prensa para aislar al resto del equipo, en último y desesperado intento por reconducir la temporada. Cumpliendo su palabra (gesto que le honra, sin duda), renunció a su puesto nada más terminar el partido, a pesar del clamor por que siguiera, dentro y fuera del equipo (10000 aficionados colapsaron la salida de Chopera para pedir su continuidad). El capi se despidió reconociendo que su maniobra no tuvo éxito, que otro lo haría mejor, y deseando mucha suerte al sucesor, que tiene trabajo por delante para cambiar la mentalidad derrotista de un equipo que ahora parece ser que quiere pelear por el segundo puesto. Para lo que hemos quedado. En definitiva, a rey muerto, rey puesto, ya están las elecciones en marcha.
El partido empezó con muy buena pinta, un trabajo defensivo bastante serio en los primeros minutos que parecía que podía funcionar. Además, Juanan adelantó muy temprano al Sparta con un gran gol cuando se quedaba sin ángulo tras una contra. Pero Altos del Golán, el equipo que mejor mueve el balón de los nueve, y de largo, comenzó a inclinar el campo hacia la portería defendida por Mayo. Y a base de dominar, logró imponerse al esfuerzo y las ganas de un Sparta que quería agradar, pero no sabía cómo. Con tres goles, dos de ellos algo afortunados, puso tierra de por medio para desilusión de un equipo que, si ya lo tenía difícil antes del partido, vio cómo se iba por el retrete la posibilidad de vencer y reengancharse a la pelea. Al descanso, 1-3 y malas sensaciones.
En la segunda parte, más trabajo del Sparta, con muy poquito juego, y Altos del Golán hizo dos goles más para sentenciar definitivamente, uno de ellos tras un error al sacar el balón jugado. Con 1-5, en un arreón final, el Sparta apeló al orgullo y recortó las distancias con dos goles de bella factura a cargo de Javito y de Germán, y con este último tanto terminó el partido. La sensación es que aunque el rival fue mejor, el partido se podía haber ganado. Pero cómo coño se iba a ganar, si todo lo que al principio funcionaba, y toda la suerte que acompañó a este equipo ha quedado atrás, y no hay manera de que salga nada a derechas.
Pero no todo son malas noticias, esta semana se ha anunciado oficialmente la renovación vitalicia de Mayo Pacheco, que tuvo una enorme actuación contra Altos del Golán. Ahora deberá intentar no sufrir el "síndrome del vitalicio", que han sufrido y sufren varios jugadores del plantel (no daremos nombres). También es destacable la implicación de Fede, que a pesar de no poder jugar vino a ver a sus compañeros. Un ejemplo.
Me despido por una temporada, ya que no estaré en los dos próximos partidos, aprovecharé para meditar. Circulen, circulen.
FICHA TÉCNICA
Sábado 6 de febrero de 2010, 6 de la tarde.´
3 SPARTA LAS PIERNAS
(Pacheco; Dani, David, Gonzalo, Luismi; Javito, Riki, Mateos; Germán y Juanan.
5 ALTOS DEL GOLÁN
Los goles:
1-0. Juanan.
1-1.
1-2.
1-3.
1-4.
1-5.
2-5. Javito.
3-5. Germán.
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